YACIMIENTO DE SÍLEX “LOS PEDREÑALES” DE AZAILA
Por Julio Moreno Jaime
Azaila, es sin ningún género de
dudas, uno de los más emblemáticos yacimientos minerales de Aragón, tanto por
la calidad como por la cantidad de muestras que, a lo largo de muchos años, ha
proporcionado a la enorme cantidad de aficionados, no sólo locales sino, me
atrevo a decir, de todo el territorio nacional e incluso del extranjero, que
hasta este yacimiento hemos ido, unos más y otros menos, frecuentemente a la
búsqueda de los hermosos ejemplares que
Se encuentra a escasos
Como ya hemos dicho, ha
proporcionado a lo largo de los años centenares, sino miles, de ejemplares, por
otro lado no muy variados, de muestras, algunas de ellas extraordinarias, como
celestinas, cuarzos en distintas variedades (amatistas, ahumados, hialinos,
calcedonias, ágatas,…)algunos (pocos) yesos cristalizados en el interior de
geodas, y otros minerales raros como tyuyamunita, muy apetecida por los
coleccionistas de sistemática, y algún otro que todavía está por identificar
pero que seguro alguno de nosotros guardamos hasta que alguien nos diga qué es.
Salvo estos “raritos”, la inmensa mayoría salen dentro de las vacuolas o geodas
que presentan los nódulos de sílex que son la matriz de todos ellos, si bien
hoy en día no son tan abundantes como en otro tiempo no muy lejano, y que como,
hemos dicho, se hallaban en cantidades sorprendentes sobre el terreno.
Hoy en día, el paisaje campestre
del yacimiento está sembrado, literalmente, de millones de esquirlas producto
del enorme trabajo de troceado de los bloques y nódulos de sílex, que muy
trabajosamente hay que realizar para tratar de encontrar los “tesoros” que
ocasionalmente se hallan todavía, en el yacimiento. Es, como digo, una labor
penosa y peligrosa, dado que el material en el que se trabaja es muy propicio
para que las esquirlas en las que se rompe el sílex, salgan disparadas “como
balas”, y no exagero, y que pueden ocasionar, y de hecho así ha sido, serias
heridas en aquellos que no van suficiente y convenientemente protegidos con gafas
o pantallas faciales, guantes, manga y pantalones largos. En fin, gratificante
pero arriesgado. No hay que correr el riesgo a perder un ojo o darse un
profundo corte con los filos del sílex que cortan como cuchillas de afeitar, y
amargar un día de asueto y placer.
Azaila, como ya hemos dicho, ha
dado muchas alegrías a un montón de aficionados, y como no sabemos la extensión
real del yacimiento, estamos convencidos de que, aunque tiempos pasados fueron
mejores, Azaila seguirá dando excelentes ejemplares de la susodicha celestina y
de los cuarzos amatistas que, por separado o en conjunto, han distinguido este
yacimiento. (sed muy prudentes y precavidos con la seguridad. Es fundamental).