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sábado, 15 de enero de 2022

Nueva Revista Paragénesis


El pasado miércoles 12 de enero de 2022, recibimos aquellos que nos desplazamos hasta nuestra sede, la revista Paragénesis editada por el Grup Mineralógic Catalá en su volumen 3 número 2 de noviembre de 2021. A los demás, os llegará un poco más tarde.
En este número destacan cuatro artículos sobre mineralogía española, otro de la crónica de la Mineralexpo Barcelona Sants 2021 y otro artículo sobre especies nuevas minerales.
En el primero de los artículos, se detalla la historia, geología y mineralogía de las minas del Plan de Tor, situadas en el valle del río unhóla, municipio perteneciente a Naut Aran, valle de Arán en Lleida. Un artículo muy detallado, con muchos planos y abundantes fotos, tanto del lugar (en el presente y en el pasado) como de la mineralogía allí existente. Está escrito por José Luis Garrido Rufaste miembro del Grup.
En el segundo artículo, nos hablan de una serie de antiguas concesiones mineras que fueron explotadas al sur del municipio de Guadamur en Toledo. Muy detallado y con fotos de planos, concesiones y minerales. Está escrito por Jesús López Jerez (autor independiente), María Pilar Hernández Pinilla y Ramón Jiménez Martínez (ambos del Museo Geominero de España, IGME).
En el tercer artículo, nos cuentan la historia del redescubrimiento del meteorito caído en las inmediaciones de Terrassa, Barcelona. Un meteorito clasificado como una condrita ordinaria L6  y que a pesar de los datos y referencias que se tenían, no es hasta el año 2013 cuando se determinan unos restos estudiados como parte del mismo. Está escito por Marc Campeny Crego (Museu de Ciéncies Naturals de Barcelona), Jordi Llorca Piqué (Universitat Politécnica de Catalunya), Neus Ibáñez Cortina (Institut Botanic de Barcelona), David Allepuz Sunyé (Observatori de sant Juliá de Villatorta, Barcelona), Josep María Camarasa Castillo (Fundació Carl Faus, Blanes, Girona) y Josep Aurell Garrido (Institut Catalá de Paleontología Miquel Crusafont, Cerdanyola del Vallés, Barcelona). Una historia muy curiosa.
En el cuarto artículo, Adolf Cortel Ortuño (Grup Mineralógic Catalá) nos habla sobre la fluorescencia  de algunas calcitas de Cataluña. Cantera Berta, mina La Martorellense, mina Matagalls, etc. Destacan las fotos con la fluorescencia así como, fotos del espectro de determinadas calcitas. Un articulo muy completo para entender este fenómeno.
En cuanto al artículo sobre la feria Mineralexpo Barcelona Sants, Martí Rafel Fontanals (Grup Mineralógic Catalá) nos hace una crónica muy detallada de los principales expositores de la misma. Muy interesante, relatando las principales novedades de dichos expositores y aportando abundantes fotos de minerales allí expuestos. No estando, nos da la sensación de haber estado allí.
Para finalizar, como ya nos tienen acostumbrados, un artículo sobre las nuevas especies minerales desde octubre de 2020 a mayo de 2021. Escrito por Joan Manuel Ybarra Grande y José Luis Garrido Rufaste, ambos del Grup. Aporta una buena descripción de los minerales así como fotos de los mismos.
Una revista que merece la pena tener en nuestra biblioteca mineralógica y que aborda no sólo artículos de yacimientos catalanes, sino otros del resto de España.



 

martes, 11 de enero de 2022

Ha llegado la revista The Mineralogical Record, Vol.52, número 6, Nov. Dic. 2021

The Mineralogical Record - Vol. 52, nº 6 - Noviembre-Diciembre 2021



Estando a punto de terminar el año 2021, hemos recibido el más reciente número de la revista The Mineralogical Record, correspondiente al último bimestre del año.

Presenta en portada un excelente ejemplar de turmalina de la italiana Isla de Elba. A esta localidad está dedicado el principal artículo: Una historia de la turmalina de la Isla de Elba. Su autor, Federico Pezzotta, del Museo de Historia Natural de Milán, se ha dedicado por muchos años al estudio la historia de las pegmatitas de Elba y su explotación. 

El resultado es un recuento en 52 páginas de la explotación minera de estas pegmatitas, de su geología y de los personajes vinculados a aquella desde finales del siglo XVIII hasta el presente. El artículo está profusamente ilustrado con reproducciones de fotos los personajes históricos y la localidad, de las placas cromolitográficas de finales del siglo XIX que muestran piezas clásicas de estos yacimientos, así como con fotografías de magníficos ejemplares recientes de turmalinas extraídas por el mismo autor.

En segundo término, aparece un artículo sobre los coleccionistas chinos de miniaturas minerales (thumbnails). Es sabido que las viviendas en las grandes urbes chinas suelen ser muy pequeños apartamentos, lo que presenta un reto a los coleccionistas de minerales, que han optado por coleccionar únicamente piezas pequeñas, lo que diríamos nosotros las de “cuatro por cuatro centímetros". Son los mismos coleccionistas, once en total, quienes relatan en breves textos cómo llegaron al mundo de la mineralogía y el coleccionismo, sus intereses y logros.  

Excelentes fotos de magníficos ejemplares acompañan a los textos. El fotógrafo es Wang Weixi (Wish Wang), quien publicase en 2009 Capturing Minerals. Wish Wang’s Photography of Chinese Collectors’ Thumbnail Mineral (Captando Minerales. Fotografías de Wish Wang de miniaturas minerales de coleccionistas chinos). El libro es publicado por la Casa Editorial Fotográfica de China (China Photographic Publishing House), en Beijing. Su distribución es para el público chino principalmente, por lo que está escrito en lengua china, aunque las fotos llevan pies de foto en inglés con los nombres de los minerales y sus localidades de origen.
Cabe destacar que uno de los minerales presentados es un bonito cristal de yeso en matriz de Fuentes de Ebro (en la p. 730 de la revista).

Cierra el contenido de artículos uno firmado por Wendell Wilson, editor jefe de la revista, sobre lingotes de oro y plata identificados con sus zonas de explotación, de Estados Unidos y México. Interesante nota de historia de la minería. 

El contenido se redondea con las habituales reseñas de novedades minerales.

Esta revista, como todas las anteriores, está disponible para la consulta de los socios en la biblioteca de la asociación.


viernes, 7 de enero de 2022

El blog de la Asociación Mineralógica Aragonesa

 


Queridos socios, amigos y simpatizantes de nuestra asociación: comenzamos una nueva etapa con renovada ilusión. Los tiempos que corren no han favorecido en nada a nuestra afición. Las reuniones en la sede con sus diferentes actividades, así como las excursiones a los diferentes yacimientos, han tenido que ir suprimiéndose a medida que la pandemia se iba apoderando de nosotros. Esperemos que todo vaya mejorando poco a poco y podamos volver a retomar todas las actividades que han quedado anuladas. Este nuevo blog que tenéis ante vosotros y que sustituye a la antigua web, quiere ser un medio de comunicación fácil, sencillo y al alcance de todos. Procuraremos que sea lo más dinámico posible y, para ello, todos aquellos artículos que queráis que aparezcan por este medio, gustosamente los publicaremos lo antes posible. Nos los enviáis al correo del blog  contactoasminar@gmail.com

Esperando todas vuestras colaboraciones, recibid un afectuoso saludo.

Francisco José Cebolla Peribáñez, presidente de la A.M.A

Revista Bocamina: editada por el grupo mineralógico de Madrid

Bocamina fue una revista editada por el Grupo Mineralogista de Madrid con la colaboración del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de Madrid. En 1994 apareció el primer número dando inicio a una primera época, en la que se publicaron un total de 5 números, incluyendo un especial dedicado a Panasqueira. En octubre de 1999 apareció el número 4 con un nuevo formato que se mantuvo hasta el final. En esta segunda época se publicaron un total de 20 números, siendo el último en abril del 2009. Tenía una periodicidad semestral y estaba dedicada exclusivamente a los  yacimientos de España y su mineralogía. Se quedaron muchos yacimientos sin estudiar. Sería extraordinario para la mineralogía española que, algún día, se retomara este fantástico proyecto por parte de los compañeros del GMM.

Estas fueron las portadas de los diferentes números.

























































 











jueves, 6 de enero de 2022

Excursión a las minas de Peñalcázar por M.ª Antonia Royo Royo

 

A finales del mes de septiembre, realizamos una excursión a las minas de Peñalcázar, en la provincia de Soria, en la que participaron las siguientes personas: Isabel Fanlo (socia y profesora de la Universidad de Geológicas de Zaragoza), Penélope (departamento de geológicas de la Universidad de Zaragoza), y además, Kolo, Kape, Antonia, José y Juan Ignacio, todos ellos compañeros de la asociación mineralógica aragonesa. Quedamos a las 8 h. en la sede, sitio en el que solemos quedar cuando vamos de excursión, ya que tiene buena explanada y es fácil dejar aparcados los coches.        

Entorno a las 11 h., llegamos al punto donde había que dejar los coches: 300 m pasando el pueblo de La Alameda,  justo enfrente de dónde teníamos que coger el camino que nos llevaría a las minas.

  Nos pusimos en marcha y, a los 2 km, llegamos al primer pozo y a alguna escombrera, totalmente estéril, y en la que no encontramos nada.

 Seguimos el camino pasando una especie de verja y, cruzando algún campo, llegamos a un cartel que indicaba las minas y un panel informativo de las mismas. 


Al fondo, unas grandes escombreras.

Estas minas están situadas entre las localidades de La Alameda, La Quiñonería y Carabantes. Fueron explotadas desde la antigüedad ya que se han encontrado  gran cantidad de herramientas por las diferentes labores de la explotación. Desde 1844, se conocen varias etapas de trabajos de explotación. Existen varias labores y pozos extendidos por una amplia zona.  La mineralización es de Pb, Zn y Ag con matriz de cuarzo, calcita y siderita. Entre los minerales que podemos encontrar hay una extensa y variada paragénesis: galena, esfalerita, calcopirita, pirita, bournonita, boulangerita, azurita, malaquita, cerusita, covellina, calcosina, piromorfita, cerusita, linarita, y alguno más que seguro que me dejo.

Nos fuimos adentrando entre la gran extensión de pozos y escombreras picando en cada una de ellas. Salieron "cosillas" interesantes como bournonita, esfalerita, malaquita, cerusita, linarita, calcopirita, piromorfita, etc.. aunque no todo lo que esperábamos, ya que por ellas han pasado infinidad de aficionados a los minerales.

 Sobre la 13:30, decidimos regresar ya que amenazaba lluvia  y había un buen recorrido hasta los coches.

Nos fuimos a comer al pueblo de Deza, y aunque llegamos un poco tarde, nos sirvieron de maravilla con unos buenos platos.

 Después de comer, tuvimos una pequeña sobremesa para comentar sobre la experiencia de la excursión. Al rato, regresábamos a casa.

Una excursión muy gratificante  con buena compañía. ¡¡¡Gracias a todos!!!

miércoles, 5 de enero de 2022

Excursión a las minas de cobre de Biel por Francisco José Cebolla Peribáñez


 

Un sábado del mes de agosto de 1994, ocho horas de la mañana. Mariano Esteban, José Ayala y un servidor nos disponemos a viajar a las minas de cobre de Biel. Sabíamos, gracias al libro "Minerales de Aragón", que en tiempos se obtuvieron en estas minas grandes planchas de cobre nativo, junto con malaquita y azurita. Con la esperanza de encontrar algo de cobre, emprendimos el viaje. Eran las 9:30 de la mañana cuando llegamos a dicho pueblo. El único de los tres que había estado allí era José Ayala, aunque hacía bastante tiempo y no recordaba bien el lugar.


Paramos el coche a la entrada del pueblo y preguntamos a unas señoras si nos podían indicar el camino a las minas. Nos dijeron que estaban muy lejos y que eran difíciles de encontrar. De todas formas nos indicaron el camino. Con el coche atravesamos un bosque y tras unos 6 Km de pista, el vehículo no pudo avanzar más, ya que hay un pequeño riachuelo que invade el camino. Dejamos el coche y comenzamos a andar. Después de un kilómetro encontré una piedra que contenía algo de malaquita, lo cual nos animó. Íbamos por buen camino. Al cabo de otro kilómetro aparecieron una caseta medio derruida y algo parecido a una escombrera. Rápidamente nos pusimos a picar pero no encontramos nada. Un poco más adelante encontramos unas pequeñas instalaciones donde parecía que en otros tiempos hubiera habido actividad. Nada nos llamó la atención, así que continuamos la marcha.



Andamos unos 20 minutos más. Mariano y yo, decidimos parar mientras José continuaba solo. Regresó al cabo de urato sin haber encontrado ningún indicio. Regresamos a las instalaciones anteriores y, al otro lado de un riachuelo, José encontró la entrada a una galería, no sin antes sortear unas hermosas matas de pinchos que se clavaban como agujas. Entró pero no encontró más que algunos indicios de azurita. Mientras yo hacia algunas fotos, Mariano daba buena cuenta de su bocadillo. Una vez acabamos de almorzar subí por encima de las instalaciones y empecé a romper piedras que contenían azurita y malaquita. Al golpear una roca apareció ante mis ojos una pequeña mancha rojiza de un centímetro. ¿Sería cuprita? Enseñé la muestra   a los compañeros y me lo confirmaron. Les dije donde la encontré y seguimos investigando la zona. Encontramos, tras unos matorrales, una pequeña escombrera. José empezó a picar y "bingo", apareció ante sus ojos el primer indicio de cobre nativo. Lo habíamos redescubierto. Empezamos a picar y fue saliendo el cobre, primero en pequeñas manchas y luego en formas arborescentes de pocos milímetros.




Todos recogimos suficientes muestras y al final decidimos regresar. A pesar del calor de agosto, la alegría embriagaba nuestro caminar, y este se nos hizo más corto. Ya en el coche comentamos la buena suerte de nuestro hallazgo, y la inyección de ánimo que supondrá para la gente que trate de encontrar cobre nativo en las minas de Biel. Aunque lejos de encontrar aquellas placas de 10 cm que comentan los libros, las muestras tenían un valor incalculable para nosotros. Fue una agradable excursión, muy recomendable, tanto por el paseo como por el paisaje.





Por la provincia de Teruel por José Luis Larroy

 

Uno de los retos que nos planteamos cuando corría por nuestra mente la idea de formar la Asociación Mineralógica Aragonesa era la de organizar excursiones colectivas. Pretendíamos con ello ofrecer a los futuros socios y "simpatizantes", y a nosotros mismos, la oportunidad de conocer y visitar distintas minas, algunas de ellas todavía en explotación, y afloramientos sueltos de minerales; y ello sin necesidad de ir muy lejos, pues por aquí cerca, y por extensión en todo Aragón, hay numerosos lugares, muchos de ellos desconocidos para la mayoría de nosotros, dignos de ser visitados por los aficionados a la mineralogía.

 

También conseguiríamos, además de conocer un poco mejor la tierra en que vivimos, conocemos un poco mejor quienes nos sentimos unidos por esta afición, acrecentarla, fomentarla entre los más jóvenes, estrechar relaciones y, por supuesto, conseguir algunas piezas para nuestra colección, ésas que, aunque no sean las mejores, son las primeras que solemos mostrar a los amigos, pues tienen el mérito de que las hemos conseguido nosotros mismos, y, de paso, les contamos lo bonito que era el lugar, lo bien que lo pasamos, los esfuerzos que tuvimos que hacer para obtenerlas, etc., etc.

 

Con esa idea, al poco de constituirse la Asociación organizamos la primera salida y el lugar elegido fueron las minas de sal de Remolinos.

Como el amigo José Miñana ya nos narró en el Boletín N° 2 nuestras andanzas "pasadas por sal" de esta excursión, doy un salto en el tiempo y ya nos encontramos con ganas de efectuar una nueva salida.

 

El verano se nos echa encima, por lo que hay que darse prisa antes de que lleguen las vacaciones y nos dejemos de ver por una temporada. Fijamos la fecha para el 25 de junio, confiando en que los chavales ya habrán acabado los exámenes. En esta ocasión nos vamos a ir un poco más lejos, pues nos moveremos por la Provincia de Teruel.

Conseguimos llenar un autobús de 55 plazas (sólo sobró una, lo cual ya es un éxito) y el día señalado, a las 8,30 de la mañana, iniciamos la salida desde donde suelen salir de Zaragoza la mayoría de autobuses cargados de excursionistas: la puerta del Paraninfo de la antigua Universidad.

 

El día está algo nublado, lo cual se agradece, pues, para la época en que estamos, sí al sol le da por pegar fuerte podemos achicharrarnos; pero no, hay suerte y durante todo el día se mantiene una temperatura bastante aceptable.

El viaje transcurre sin novedad entre comentarios sobre las últimas adquisiciones de unos, excursiones de otros y las instrucciones que Femando Gascón, micrófono en mano, nos va dando a lo largo de toda la jornada.

 

Pasamos por Belchite, Lécera, Muniesa y, a media mañana, llegamos a Cortes de Aragón, donde nos detenemos en un bar junto a la carretera. Allí almorzamos, cargamos baterías y salimos dispuestos a enfrentarnos con todas las minas que se nos pongan por delante.

Arranca el autobús y poco después para de nuevo, ya hemos llegado a nuestro primer destino. Bueno, no tanto, pues todavía nos queda una pequeña caminata de cerca de media hora.

Se reparten bebidas que la "organización" había adquirido en previsión de que el día fuera caluroso, cada uno prepara sus herramientas de trabajo, mochila a la espalda y a la mina!

Al principio andarnos por un camino bastante cómodo entre carrascas, pero poco después lo dejamos para coger el trazado del antiguo ferrocarril minero de vía estrecha de Utrillas. Vamos en grupos hablando, el paseo se hace corto y pronto vemos al fondo las escombreras y las ruinas de las instalaciones de una mina. Ahora sí podemos decir que hemos llegado a nuestro primer destino: la mina "Antillón".

 

Las ruinas de las instalaciones ofrecen poco para ver, aunque, entre ellas, todavía se observan los restos de la fundición, con la entrada al horno, y el pozo y lavadero. Sobre el conjunto destaca, un poco apartada, la antigua estación de "Las Minas", que, milagrosamente después de tantos años, todavía se conserva en pie.

Para cuando nos queremos dar cuenta ya nos hemos dispersado por las escombreras y se empiezan a oír martillazos por todos lados. Pronto aparecen las primeras muestras de galena. Es cuestión de comprobar qué piedras pesan más de lo normal: allí hay plomo.

Vamos subiendo por las escombreras ladera arriba y siguen apareciendo nuevas muestras. También se encuentran piezas de baritina y hay quien tiene la suerte de encontrar algunos cristalitos de cerusita.

 

El día sigue nublado, ni llueve ni hace calor, ¡estupendo!, pero es hora ya de retirarse, aunque Pepe Uña todavía apura el tiempo para obtener algunas fotografías. Desandamos lo andado, un poco más cargados que a la ida, y ya estamos subiendo al autobús. Se acabó la primera parte del programa, misión cumplida y de nuevo en marcha.

 

Pasamos por Segura de los Baños y al llegar a Vivel del Río Martín nos separamos unos metros de la carretera para acercamos a unas escombreras de las minas de carbón de esa zona. Femando Gascón nos enseña unas muestras de mullita, explicándonos cómo se han producido por calcinación de las arcillas por los restos de carbón que hay en las escombreras. Cerca de éstas se ven sobre el terreno algunas manchas blancas de caolín.

Hay que seguir adelante, pasamos por Martín del Río, Montalbán y ya hemos llegado al segundo punto de nuestro itinerario.

 

Para el autobús, despedimos al conductor para que se vaya a comer y caminamos unos pocos metros entre pinares hasta encontrarnos con los restos de lo que fue una fábrica de cerámica o tejería, como más frecuentemente se suele denominar. Destaca de su conjunto la esbelta chimenea octogonal, ligeramente inclinada en su parte superior hacia el Norte, lo cual se debe a dilataciones térmicas diferenciales entre la cara Norte, más soleada, y la Sur más sombría, y que se conserva en muy buen estado.

 

Bueno, a lo que íbamos. Es decir, a comer, que ya es hora y además creo que nos lo tenemos muy merecido. Nos dispersamos bajo los árboles y entre los restos de la tejería, piscina incluida, y en un ambiente de amistad y camaradería, como no podía ser menos, descansamos de los esfuerzos matutinos y reponemos fuerzas todos: mayores, medianos y pequeños.

 

El lugar es muy agradable y estamos a gusto, por lo que apetece quedarse más tiempo; pero allí no hemos ido a contemplar el paisaje, sino a buscar cristales de yeso, conque ¡a lo que estamos!

 

Empezamos a subir por un pequeño barranco y ya desde el principio vamos encontrando algunos trozos de yeso. No es cuestión de ir llenando las bolsas tan pronto, y menos si no son buenas piezas, y seguimos subiendo por el barranco, hasta que nos encontrarnos con unas capas de margas lignitosas, materialmente cubiertas por cristales de yeso. Ya hemos llegado y, de nuevo, nos dispersamos dedicándonos a su caza y captura.

 

Quien más, quien menos, todos nos encontramos satisfechos con las piezas que vamos recogiendo. Las hay para todos los gustos: unas con las caras y aristas bien conformadas, otras limpias y transparentes, otras con inclusiones carbonosas, maclas muy curiosas, algunas asociaciones "en abeto", etc., etc. Por los alrededores también se ven vetas de óxidos de hierro muy meteorizadas y grandes nódulos de septaria con sus grietas rellenas de calcita de color caramelo.

 

De los troncos de árboles fósiles que en visitas realizadas hace unos años era frecuente encontrar, en esta ocasión apenas vemos algunos pequeños restos. ¿A dónde han ido a parar?

 

Hay tantos y tantos cristales que el tiempo se pasa sin que te des cuenta. Poco a poco vamos descendiendo por el barranco, no sin que antes Pepe Uña saque sus consabidas fotografías de algunas piezas "in situ".

 

Pero, ¡en fin!, todo se acaba en esta vida y también la excursión está llegando a sus últimos momentos. Regresamos al autobús, que ya nos está esperando, metemos los bártulos dentro y cuando ya estamos casi a punto de arrancar nos damos cuenta de que no estamos todos, falta uno. ¿Quién?: el trotamundos José Ayala.

¿Se habrá perdido entre los pinos? o, más bien, ¿habrá encontrado algún cado repleto de maravillas que los demás no habíamos sido capaces de ver? Ni una cosa ni la otra, al cabo de un rato aparece tan tranquilo y sonriente como si la cosa no fuera con él.

Ahora sí que ya estamos todos, conque media vuelta y a casa. El viaje de regreso se hace tan ameno como el de ida y cada uno va enseñando a los demás las mejores piezas que ha conseguido a lo largo del día.

 

Y así transcurrió y se acabó esta segunda excursión colectiva organizada por nuestra Asociación. Al igual que con la primera, todos salimos con la conclusión de que, sin lugar a dudas, había merecido la pena, de que habíamos disfrutado un montón y de que había que ir a por la tercera.

 

Pero como teníamos el verano encima, eso ya era cuestión de dejarlo para más adelante. ¡Hasta la próxima!

              Alrededores Mina Antillón Segura de Baños (Teruel)


                Alrededores del barranco de la tejería Montalbán (Teruel)




Primer artículo de José Miñana y Vizmanos Boletín nº 2 A.M.A

 PRIMERA SALIDA Y SALADA

 VISITA A LAS MINAS DE REMOLINOS

  Por José Miñana y Vizmanos 

         Suena el teléfono.  Son las tres de la tarde y estoy a punto de salir para mi ocupación. ¿Diga... José? (la voz de Clemente). Que pasa Jesús. Oye, queda alguna plaza para la excursión. La hubo, pero a punto estuve de suspender el viaje. Diez días antes de la salida no había más de veinte inscritos, lo que me alarmó y llamé a Miguel exponiéndole mi temor.  Si no se apuntaban más habría que suspender el autobús e ir con nuestros coches. Al final no hizo falta y todo quedó en mi susto. Esto me da pie para rogaros que en futuras ocasiones seáis más prontos en hacer vuestras reservas.

Es el día del evento.  Ocho y cuarto de la maña­na. Vamos llegando al punto de encuentro: la escalinata del Paraninfo de la Universidad. Nos está esperando ya la familia de Nicolás Mesa, y con nosotros llega la joven socia Vanesa con su padre, sonriente y animosa.

Se acerca un señor y pregunta por el Sr. Calvo o Miñana. Me identifico y él a su vez resulta ser D. Pa­blo Lumbreras, Productor de Jones Intercable de Denver, grupo que pretende instalar la televisión por cable en Za­ragoza. Nos acompaña y tomará algunas filmaciones de vídeo. La primera ya la ha realizado sin enterarnos mientras los participantes íbamos subiendo al autobús.

Ya estamos en marcha.  Son poco más de las ocho y media. Hay buena disposición por parte de todos, alegría y emoción por lo que vamos a ver. Los mas jóvenes pregun­tan, escuchan y ríen. Buen comienzo. En el autocar Ayala me cuenta, largo y detallado, como encontró, oro en Astu­rias. Nos acercamos al lugar. Doy indicaciones al chófer. Larroy irá al encuentro del señor con el que habló previa­mente. Mientras lo hace, Miguel nos comenta por el circui­to de megafonía interior algunos aspectos de la visita a las minas de sal de Remolinos.

Pasa al autocar el equipo de televisión, y ha­cen alguna toma. Mientras tanto llega José Luis acompaña­do por nuestro anfitrión, hombre fuerte y curtido, de sem­blante noble. Miguel está terminando la explicación. Nos presentamos. El es Don José Antonio Ubarrechena, jefe de explotación. Miguel le cede la palabra y es el Sr. Ubarre­chena quien amplia los comentarios. Nos ponemos en marcha hacia la primera mina. "Vamos a visitar la mina Ms del Carmen, una ex­plotación de planta horizontal, y reciente comparada con la antigua mina Real. La planta tiene una altura aproxima­da de 7 metros. Para entrar bajamos una rampa de unos 100 metros de larga con una inclinación del 15%. Esto se hizo así para procurar un mejor aprovechamiento. La extensión de la mina es de unas 2.000 hectáreas, y está roturada en cuadrados de veinte metros de manera que cada nueve de ellos que forman un cuadrado de área 60x60 metros, el del centro se deja sin explotar para que sirva de columna natural de sustentación para la gran sala". 

Nos conduce al centro de la mina. Bajamos y nos encaminamos por una galería hasta el fondo. Miguel compro­mete a Evaristo, licenciado en geología, a que nos expli­que la formación de estos depósitos evaporíticos, y entre él y el Sr. Ubarrechena nos lo comentan. Toda la mina es­tá formada por capas sedimentarias de distintos grosores, depositadas por la evaporación periódica del agua de un gran lago interior, en ocasiones hasta la desecación, en la de presión del Mioceno del valle del Ebro. Se depositaron mar­gas, yesos, anhidrita, halita, y otras sales como glauberita. La mina sigue potentes niveles de halita, horizonta­les. La extracción se efectúa con barrenos mediante vola­duras. Fuimos testigos "de oído" de una de ellas. Impre­sionante. No vimos el resultado, pero nos fue bien expli­cado como se preparan las voladuras.

Nos paseamos por otras salas, entre columnas gi­gantes, hasta llegar a un lugar donde de un agujero del te­cho goteaba agua saladísima. Esta filtración daba lugar a estalactitas y costras de sal cubriendo buena parte del te­cho. Muy espectacular. Pudimos recoger alguna muestra que pasó a engrosar las colecciones de los asistentes. Tomamos el autocar que nos condujo por aquellos anchos pasillos ha­cia la salida con ayuda de nuestro guía, ya que todos noso­tros, incluido el conductor, andábamos totalmente perdidos por aquellas interminables alineaciones de pasillos y co­lumnas. Vemos por el camino algunas catas y prospecciones. Al llegar al exterior se agradece la luz del sol. En el in­terior la temperatura es siempre constante, a 19ºC, ni frío ni calor. Al salir notamos el cambio de temperatura.

Como ya es medio día nos dirigimos a un parador a la entrada de Remolinos, donde tomamos un refrigerio re­parador. Se hacen comentarios, y la impresión de todos, gran­des y chicos, es muy buena. Lo mismo opina los de televi­sión. El Sr.Lumbreras nos pasará una copia del video de la visita a la mina. La dejará en casa de Fernán. Gracias por este recuerdo En marcha nuevamente, y siempre bajo la dirección de nuestro anfitrión, nos dirigimos hacia la antigua mina La Real a través de su nueva y reciente entrada. Vemos a la izquierda el antiguo túnel cerrado. Vamos a entrar por un pasillo más angosto y tan inclinado como el anterior. Al lle­gar a la plaza interior vemos lo que llaman un "picador", una máquina que ella sola abre las galerías y saca el mineral sin necesidad de barrenos. Al fondo vemos una potente luz y dos operarios reparando una pequeña avería. Buen día amigos. Buen día (martillazos y martillazos). Pasamos al fondo y obser­vamos el mismo tipo de mineral. Miguel nos hace ver una lí­nea de color azul a la derecha de la cata. Es anhidrita. Ló­gicamente empezamos a buscar más tonalidades azules y lo que antes no habíamos visto va revelándose ante nuestros ojos en distintos lugares de la pared y el suelo. Cada cual toma o pica según su ánimo. Un niño de no más de nueve años está afanado con su piqueta ante un trozo de piedra azul. ¿Esto como se llama?, me pregunta. Se lo digo y continúa picando con más fuerza. Pienso que quizá sea la primera pieza de su colección picada por el mismo. Esta piedra no tendrá precio. En el nivel de concentración de halita, las aguas de escorrentía dan lugar a costras de sal y charcos de elevada salinidad. Vanesa observa con atención como su padre está sacando un hermoso bloque de anhidrita. Tiene la carita radiante. ¿Con­tenta? Mucho, me responde con voz emocionada. Miguel nos llama. Mirad, esta grieta contiene unos minúsculos cristales aciculares de sal. Vamos pasando y vién­dolo que en realidad es precioso. Se sacaron fotografías y tomaron algunos trocitos. Nos llama el Sr. Ubarrechena. Acu­dimos. Se apaga la luz y solo queda el espacio iluminado de algunas linternas. Enciende el la suya y alumbra la cabeza de la máquina rozadora. Nos muestra la parte que pica, se­mejante a dos grandes erizos de mar giratorios, con la que se hace todo el trabajo. Está instalada al final de un gran brazo hidráulico, de unos tres metros. La máquina se mane­ja por unas manos expertas y un ayudante. Es hora de salir de la mina La Real. Vamos al último de los lugares del día, también meritorio. Se trata de un barranco que parte de las últimas casas del pueblo, junto a las balsas de decantación y de­secación de sal. El barranco atraviesa toda la serie estratigráfica en la que está emplazado el nivel de minas de Re­molinos. Al principio se cortan estratos de -margas y yesos.  

                 Hay frecuentes bocas de mina y catas. Andando a lo largo y en ascensión por el barranco llegamos a un ancho nivel en el que se observan unos cristales, a veces de gran tamaño, de yeso pseudomórfico de halita, pero halita en cristales "tolva".

 Se adivinan más que verse las formas de los cubos. Pido a los compañeros de expedición que no piquen las mues­tras porque lo mas seguro se destruirán. Reconocen que lo más prudente es la observación y así se hace. Se recogió algún cristal suelto, rodado por el barranco, pero intere­sante. Hubo de todas las calidades. Evaristo, en el lado opuesto y a un nivel inferior, encontró un nivel de yeso pseudomórfico de glauberita. También allí se obtuvieron muestras. De forma correcta y con cuidado de no destrozar el afloramiento, se picó y se sacó lo que   a cada cual le interesó. Justo por encima de estos niveles de pseudomorfos se encuentran los potentes niveles de halita que se ex­plotan en las minas. En el barranco es visible el nivel debido a la precipitación de costras de sal por las aguas de escorrentía. El nivel está muy descompuesto y cubierto de manera que no sería evidente de no ser por estas cos­tras salinas y algunas catas en los taludes del barranco. Los charcos del fondo del barranco y las ramas que en ellos había estaban cubiertas de pequeños cristales de sal debi­dos a la sobresaturación de sal en el agua por evaporación. Cojimos muestras de costras y ramas y las máquinas de fo­tografiar trabajaron tomando imágenes de cuanto allí había. Desde luego el lugar era para recordar. Ya era hora de regresar. Deshacemos el camino andado y montamos en el autocar. Los comentarios sobre las horas compartidas en esta primera salida de nuestra Asocia­ción son para todos favorables. Los más jóvenes recordarán mucho tiempo esta aventura. Algunos, jóvenes y mayores, re­cordarán esa recompensa en forma de interesante muestra. Y todos recordaremos lo armonioso del día. Proyectos, sugerencias, peticiones de nuevas sa­lidas. Todo llegará. Os pido desde aquí que colaboréis en seleccionar aquellos lugares donde todos, grandes y chicos, podamos gozar de la extracción y observación de los mine­rales en sus yacimientos, a la manera de esta primera excursión.


  Algún día, la salida no ha de ser exclusivamente a ob­tener minerales, pudiendo incluir la visita a lugares de reconocido mérito o    simplemente pasar un feliz día de campo. Vuestras ideas y sugerencias siempre serán bien recibidas. Gracias.

 Este es un artículo que Don José Miñana (Miñana para los amigos), escribió en el Boletín nº 2 de la Asociación Mineralógica Aragonesa en mayo de 1994. Sirva como homenaje póstumo a esta gran persona que tanto trabajo por nuestra Asociación y que nos dejó un 3 de abril del 2005.  ¡Gracias, Miñana!

                                                           

 

 

                                               José Miñana en Remolinos